Hoy hubiésemos hablado. En ciertas fechas éramos muy cumplidos. Me hubieses contado algún nuevo amanecer del mundo, en esos tus viajes de mochila y techo de estrellas; o me hubieses hablado de nuevo, como siempre, de tus hermosos pinares y de ese horizonte tan inspirador que veías al salir de casa.
Hoy me hubieses contado una última partida de ajedrez, ¡que bello paisaje! Y también me hubiese puesto al día sobre Arrabal.
¿Sabes? Desde que ya no estás, Arrabal ha salido de mi vida sin más. ¡Qué curioso! Él nunca sabrá la magnífica promoción que tú le hacías. Le hacías grande, muy grande, como a tantas cosas, como a tanta gente, pero desde que no estás, esas cosas y esas gentes han salido de mi vida sin dejar saudade. Sólo tú, compañero.
A las aladas almas de las rosas, del almendro de nata te requiero, que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero. Te recordaremos siempre.
(A Martín Marcos en su cumpleaños)
Fotografía cedida por la familia, publicada en el Diario de Burgos.
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